GURDJIEFF - ARGENTINA
 
 

La Eudaimonía de Aristóteles

¿En qué consiste la felicidad (eudaimonía)?

Si es el bien supremo, aquel que ya no es medio para ningún otro fin, habrá que determinar en qué consiste el bien para cada ser.

El bien es el acto (energéia) propio de cada ser, es decir; aquel que viene determinado por su propia esencia o naturaleza. Y puesto que la naturaleza del hombre viene determinada por la función específica de su alma, el pensamiento, la felicidad consistirá fundamentalmente en un bien del alma: la contemplación.
El mayor bien para un hombre será el pleno desarrollo de aquello que le es más esencial: la inteligencia; la actividad contemplativa. Será la virtud de la sabiduría la que le procure al hombre la verdadera felicidad, aunque deba conjugarla con otras virtudes y con los bienes exteriores.

LA VIRTUD

Distingue Aristóteles entre dos clases de virtudes, de acuerdo con las funciones del alma: racionales o irracionales.

" la virtud se manifiesta en un doble aspecto: uno intelectual, otro moral; la virtud intelectual proviene en su mayor parte de la instrucción o educación...., mientras que la virtud moral es hija de los buenos hábitos; de aquí que, gracias a un leve cambio, de la palabra costumbre -ethos- , viene moral, ética". (ibid., 1103,b.)

Existen dos clases de virtudes: virtudes éticas y virtudes dianoéticas. Ambas expresan la excelencia del hombre y su consecución procuce la felicidad, ya que ésta última es "la actividad del hombre conforme a la virtud". A través de las virtudes el hombre domina su parte irracional.

Las virtudes éticas

Son adquiridas a través de la costumbre o el hábito y consisten, fundamentalmente, en el dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones entre los hombres. Las virtudes éticas más importantes son: la fortaleza, la templanza, la justicia.

Las virtudes dianoéticas

Se corresponden con la parte racional del hombre, siendo, por ello, propias del intelecto (nous) o del pensamiento (nóesis). Su origen no es innato, sino que deben ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza. Las principales virtudes dianoéticas son la inteligencia (sabiduría) y la prudencia.

Veamos porqué hace Aristóteles esta distinción.

1. LA VIRTUD COMO HÁBITO O DISPOSICIÓN DEL ALMA

La virtud no es innata al hombre, como lo son las pasiones, instintos o tendencias. Si fueran propias de nuestra naturaleza, todos seríamos virtuosos por el mero hecho de ser hombres, y esto, desde luego, no ocurre. pero aunque no es un don de la naturaleza, la virtud tampoco es una ciencia, como sostenían los socráticos y Platón. No por conocer qué es el bien o qué es la justicia somos buenos o justos. No realizamos la templanza por el mero hecho de tener conocimiento sobre qué sea ella.

La virtud implica voluntad, obrar a sabiendas, con conciencia. No pertenece ésta sólo al orden del lógos, sinó también e inevitablemente al ethos, la costumbre, el hábito.

Las virtudes se adquieren a través de la costumbre, el ejercicio y el hábito.
Nos acostumbramos a algo cuando repetidamente obramos de tal manera que se covierte en un hábito de nuestra conducta. No podremos ser justos sólo conociendo qué es la justicia. Debemos ejercitarla y a practicarla hasta convertirla en un hábito de nuestro comportamiento. Únicamente practicando la justicia, se puede llegar a serlo.

2. LA VIRTUD COMO TÉRMINO MEDIO

La virtud implica también una cierta medida, un cierto orden entre el exceso y el defecto. Aristóteles intenta objetivar la virtud: ésta ha de situarse en un término medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto.
Así, el valor es un medio entre la cobardía y la temeridad, y la generosidad será el justo medio entre la prodigalidad (exceso) y la avaricia (defecto).

La virtud introduce el equilibrio, la mesura y no la mediocridad. Pero ¿Cómo definir el justo medio? ¿Hay una medida objetiva e impersonal o ha de definirse en función de cada individuo y situación?

¿Todas las cóleras son injustas y viciosas? ¿Podría haber alguna cólera justa?

Según Aristóteles no hay una medida impersonal para definir en cada situación el justo medio. Cada hombre debe ser juez tal y como lo haría siempre un hombre sabio y prudente.

"La virtud es una disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo medio relativo a nosotros, el cual está determinado por la regulación recta tal y como lo determinaría el hombre prudente"

Aristóteles hace un recurso a la autoridad del "hombre prudente" porque sabe que ninguna definición universal y general de la moralidad abarcará todos los casos concretos y particulares. No es posible, con una fórmula, preveer la acción moral óptima en cada caso.
Sólo la experiencia de los hombres y su inteligencia prudente podrán determinar en cada caso la opción moral adecuada.

 

LAS VIRTUDES MORALES

La templanza es el término medio entre el libertinaje y la insensibilidad. Consiste en la virtud de la moderación frente a los placeres y las penalidades.

La fortaleza es el término medio entre el miedo y la audacia. (Etica Nic. 1115a).

La generosidad es un término medio en relación con el uso y posesión de los bienes. La prodigalidad es su exceso y la avaricia su defecto.

LA JUSTICIA

La justicia consiste en dar a cada uno lo que es debido.
Hay dos clases de justicia:

La justicia distributiva, que consiste en distribuir las ventajas y desventajas que corresponen a cada miembro de una sociedad, según su mérito. La justicia conmutativa, que restaura la igualdad perdida, dañada o violada. a través de una retribución o reparación regulada por un contrato.

LAS VIRTUDES DIANOÉTICASSe necesita un gran balanceo para mantenerse con una atención dividida ¿Por qué , qué pasa? Primero hay que dirigir la atención hacia mí mismo… Cuando dirijo la atención a mí mismo, se ve aquí ya en Bahvana o en el grupo que la gente cierra los ojos y entra en una fase autística de perderme en mí mismo, es decir que en realidad estoy fascinado por mí mismo en este momento. Ese no es el camino, eso en el budismo zen llaman “ the swingle of meditation”, el engaño, el truco de la meditación, es la falsa meditación que a uno le gusta tanto cultivar. Mantener abierta la atención dirigida es difícil, porque la atención dirigida aunque es muy fuerte siempre tiende a pegarse a algo, a un bicho, a una bacteria que veo en el microscopio, a una estrella lejana, a una nova que veo con el telescopio, a cualquier cosa. Mantenerme y balancearme entre yo atento sin perderme en mí mismo y sin perderme en los alrededores es un gran arte, que justamente necesita, el arte del balanceo, como un hombre en la cuerda floja que constantemente está tratando de no caer en el lado izquierdo ni el lado derecho, y que tiene tanta seguridad que puede hacer pequeños movimientos, como por ejemplo: prenderse un cigarrillo, ponerse un sobrero y hasta con una bicicleta.

Psicológicamente esta es nuestra situación, que cualquier cosa nos llama la atención y nos distrae y estoy fascinado e identificado con mi atención dirigida. La atención dividida es algo muy sutil, porque necesita algo que yo no tengo; primero mi atención está tomada, después estoy tan interesado que comienzo a dirigirla y excluyo el resto, lo que llamo normalmente concentrarse, y la atención dividida en realidad necesita otro esfuerzo. No es el esfuerzo de concentrarme, sino un esfuerzo consciente. Eso nos gusta poco, porque el esfuerzo que hacemos normalmente es mecánico o viene de la mente; pero el esfuerzo consciente eseral tiene que venir de algo más completo, de mi Mente, Cuerpo y Emoción, prácticamente de tres centros y exige un Iransamkeep, como lo llama Gurdjieff de mantener juntos los centros. Ese es el esfuerzo consciente porque el Recuerdo de Sí con la atención dividida nunca puede volverse automático o habitual. Eso es lo bueno, es como una auto-protección que acompaña a este acto y cuando uno oye esto por primera vez, puede ser que uno esté maravillado y dice: -Bueno, ahora cuando hablo de esto es fácil, casi Recordarse- porque esta tomado por una influencia, pero después cuando Uds. salen de acá, lo conectan con otras cosas y van a ver que se vuelve cada vez más difícil si no lo practico con un esfuerzo consciente.

El esfuerzo consciente no puede ser un esfuerzo de mi personalidad, sino que es un esfuerzo que va en otra dirección, en la dirección de mi posibilidad de absorber cosas más finas, y de absorber algo más luminoso, porque la personalidad nuestra, cuando Uds. leen en los libros, si son sinceros y se descubren, van a ver que la personalidad siempre refleja, es como la Luna, trabajo con luz prestada, como la Luna, no es con la propia luz de la Luna. En el Recuerdo de Sí, la atención dividida, es necesario encender en mi propio corazón una lucecita propia. La luz de mi personalidad no me ayuda. Uds. ven qué difícil es no caer en el engaño sobre esto, y ¡por Dios! Qué terrible es en los grupos, entre los transmisores y entre los receptores, en los grupos, ver la pretensión . Uno se engaña y pretende: -ya sé, ya puedo.- Por eso estuve muy reacio a introducir el Recuerdo de Sí en los Grupos, porque sé que fácilmente se manosea y después viene una pretensión y una hipocresía frente a esto y es una de las cosas sagradas que es mejor guardar y acercarse con una sencillez. Porque está en juego el posible crecimiento, la Revivificación de mi Esencia.

En realidad, si vemos nuestra vida, ¿qué queda de nuestra vida? Hemos sufrido, nos hemos alegrado, hemos tenido suerte, hemos tenido mala suerte, según el karma de cada uno, pero de todo esto queda muy poco como algo real; en realidad los momentos reales de mi vida son donde he estado presente o donde mi Esencia a través de la emoción recuerda ciertos momentos vivos como algo que recién han sucedido y que aún hoy me conmueven. Esa es mi memoria real. Estos son realmente los pocos momentos que son ya ladrillos para construirse un alma, siempre con la premisa que alma consciente no tenemos, tenemos un mundo de emociones pero no se puede llamar alma consciente. Estos momentos son raros y cada momento del Recuerdo de Sí, de la atención dividida, puede gravarse en mi memoria y ser un ladrillo más para mi Esencia y para mi Alma por construirse. Por eso es muy importante; todo esto que hablamos y que sentimos superficialmente es en realidad cuestionable frente a la eternidad.

El problema con nuestra memoria es que muy poco o muy pocos están dispuestos para realmente recordar, porque si recuerdo algo feo mío, muy terrible que he cometido en la vida, o un vicio que he dejado atrás, eso también es un ladrillo, porque es mi vida y yo lo he vivido pero me he liberado, lo he superado o ya me he separado de esto. Pero desgraciadamente la falsa personalidad y la imagen de mí mismo constantemente contribuye a falsificar mi memoria, que en lugar de la memoria exacta de algo, recurro a la imaginación y digo: -No es por tanto, no he dicho tal cosa- o me justifico: -En realidad yo tenía la razón- entonces Ud. ve que terrible la justificación en uno. ¡Qué terrible es! ¡Qué obstinada! Y con todo esto falsifico mi memoria y destruyo realmente mi memoria . Por eso el hombre piensa que solamente vive para el placer, solamente para recordar las cosas agradables, pero no, las otras cosas que son desagradables, que llamamos negativas, puede ser el material para que se transforme en mi Esencia a través del Recuerdo de Mí Mismo. Es un puente muy importante hacia adentro desde la personalidad hacia la Esencia. Es importante mantener la memoria libre de mentiras. No quiero verme realmente tal como soy, entonces me miento constantemente, esa falsificación de la memoria, destruye algo muy esencial en nosotros. Ahí entra el auto-tranquilizador que siempre me está susurrando: -No es para tanto. En realidad, no podía ser así, y bueno, no importa, en realidad-. El auto-tranquilizador es el gran tope maestro de todos los topes.

Si no lo he mencionado, vale la pena decir también que a través del Recuerdo de Sí, tocando esta memoria de la cual hablo, puedo también llamar la Memoria del Trabajo; si el Trabajo es real y no solamente superficial y mentiroso, esto es realmente un puente esencial y en última instancia toca mi Conciencia Moral, que todavía tiene una objetividad de lo que realmente es bueno y de lo que realmente es malo. Nosotros tenemos una, como es conocido, una por la educación y lo inculcado desde niños y otra la conciencia moral objetiva, que se encuentra sepultada.

La más importante de las virtudes dianoéticas es la prudencia (phrónesis). Ésta consiste en la habilidad intelectual de discernir entre cosas que no son necesarias y pueden ser o no ser. Esta virtud es la guía de las demás virtudes morales , aquella que indica qué medios son necesarios para alcanzar los fines propuestos y procurarse el bien.

 
Informes y entrevistas al teléfono: (11) 4545-1065 - E-mail: arca1990hoy@yahoo.com.ar