JUEGO DEL CONOCIMIENTO DIVINO:LILAH
El Lilah es el Juego del Conocimiento Divino, la profundización y expresión del Ser del Jugador. Una oportunidad de manifestación para el Espíritu, así como de integración con las formas que adquiere, la mente, las emociones, el Ego en suma, ya que las vemos intervenir en las acciones que se toman sobre el tablero.
Debido a nuestra humana incomprensión de la Verdad, los seres humanos vivimos aprisionados en una "cárcel" ilusoria con la cual nos identificamos, con su estructura, su psiquis, etc, en vez de reflexionar, y a través de un conocimiento intuitivo del propio interior, VER lo que nunca se ha dejado de ser:
Atmán/Brahmán. ¿Y cómo hemos de lograr esta autorrealización?. Ciertamente no a través de libros, ni de rituales, ni de sacerdotes, ni de templos. Solamente se obtiene a través del recto conocimiento, del esfuerzo constante que significa el conocimiento de uno mismo, pero no un conocimiento intelectivo sino intuitivo. La Armonía Universal sólo se logra a través de una experiencia propia y nadie puede ayudarnos en este camino, a lo sumo pueden guiarnos; pero la decisión última es nuestra y ni siquiera es nuestra elección, pues uno no busca un Maestro sino que lo encuentra.
Adaptado de Libro Lilah, Ed. Cuatro Vientos.
"...la verdad es que el espíritu se revela a todo el mundo con la misma intensidad y persistencia, pero sólo los brujos y en especial los naguales, le prestan atención". Don Juan Matus.
LILAH – El juego del conocimiento de sí mismo.
Dice Fritjof Capra: "El tema básico que se repite constantemente en la mitología hindú es la creación del mundo mediante el autosacrificio de Dios -"sacrificio" en el sentido general de "hacer sagrado"- donde Dios se convierte en el mundo que, al final, vuelve a ser Dios de nuevo. A esta actitud creativa de lo Divino se la llama lila, la obra de Dios, y el mundo es considerado como el escenario de la obra divina...
Hasta donde confundimos la miríada de formas de la divina lila con la realidad, sin percibir la unidad de Brahman que fundamenta todas estas formas, estamos bajo el encanto de maya.
Maya, por tanto, no quiere decir que el mundo sea una ilusión como equivocadamente se afirma con frecuencia. La i1usión radica meramente en nuestro punto de vista, si nosotros creemos que los perfiles y estructuras, las cosas y los sucesos que nos rodean son realidades de la naturaleza, en lugar de darnos cuenta de que son conceptos de nuestras mentes medidoras, categorizantes. Maya es la ilusión de tomar estos conceptos por realidad, de confundir el mapa con el territorio.
En la visión hindú de la naturaleza, pues, todas las formas son maya relativo, fluído y siempre cambiante... El mundo de maya cambia continuamente, porque la divina lila es una obra rítmica y dinámica. La fuerza dinámica de la obra es karma... Karma quiere decir "acción". Es el principio activo de la obra, el Universo total en acción, donde todo está dinámicamente relacionado con todo lo demás". (15) "Lila es una obra rítmica que continúa en ciclos interminables, el Uno convirtiéndose en los muchos y los muchos volviendo a ser Uno... Los sabios hindúes no tenían miedo de identificar esta obra divina rítmica con la evolución del Cosmos como un todo. Ellos representaban el Universo como en periódica expansión y contracción (esto me recuerda la teoría del "Big Bang" de los astrónomos y astrofísicos) y daban el nombre de kalpa al periodo de tiempo inimaginable entre el principio y el final de una creación.
La escala de este antiguo mito es verdaderamente asombrosa; le ha llevado a la mente humana más de dos mil años producir un nuevo concepto similar". (16) (el entre paréntesis es mío). Y este "nuevo concepto similar" es la propuesta de la teoría cuántica y la teoría de la relatividad. Recordemos que de acuerdo a la teoría cuántica las "partículas" no existen sino que tienen "tendencia a existir" y que emergen de un "vacío fértil". Pero cuál es el significado último de esto es algo aún no conocido y que dificilmente lo sea mientras prevalezca el postulado de la Interpretación de Copenhague acerca de que: ". . . ¡no importa a qué se refiera la mecánica cuántica! . Lo importante es que funciona". (17).
Como manifestara Einstein en 1938: "Los conceptos físicos son creaciones libres de la mente humana, y no están, aunque pueda parecerlo, determinados en forma única por el mundo exterior. En nuestro esfuerzo por comprender la realidad somos algo así como un hombre que tratara de entender como funciona un reloj encerrado en su caja, ve la esfera, las agujas que se mueven, y hasta puede ser que escuche su tic-tac, pero no tiene los medios para abrir la caja. Si se trata de un hombre de ingenio, puede formarse una idea del mecanismo responsable de todas las cosas que está viendo, pero nunca podrá estar seguro de que el modelo, la imagen que se formó en su mente, sea la única capaz de explicar las cosas que está observando.
Nunca podrá estar en condiciones de comparar el mecanismo real con la imagen que el se ha formado y ni siquiera imaginar las consecuencias de tal comparación". (18)
Los paradigmas son modelos explicativos-descriptivos de la realidad, pero en tanto que modelos no pueden trascender los límites que se autoimpone y en tanto que constructo linguístico-mental tridimensional no pueden acceder a dar plena cuenta del continuum tetradimensional de espacio-tiempo y la "materia-energía" que es el Universo según la teoría de la relatividad, ni tampoco del "vacío" y las partículas/onda de la mecánica cuántica. A estos niveles sólo se puede acceder a través de la supraconciencia (no la superconciencia), o "conciencia intuitiva" mediante la experiencia personal. Como dice don Juan: "...la verdad es que el espíritu se revela a todo el mundo con la misma intensidad y persistencia, pero sólo los brujos y en especial los naguales, le prestan atención". (19)
"Dijo que en el universo hay una fuerza inmensurable e indescriptible que los brujos llaman "intento" y que absolutamente todo cuanto existe en el cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por ese vínculo de conexión. Por ello, el total interés de los brujos es delinear, entender y utilizar tal vínculo, especialmente limpiarlo de los efectos nocivos de las preocupaciones de la vida cotidiana. Dijo que a este nivel, la brujería podía definirse como el proceso de limpiar nuestro vínculo con el intento". (20) (el subrayado es mío).
Téngase muy presente la similitud entre la concepción yaqui del Universo expresada por don Juan, la cosmovisión oriental y la física cuántica. En este sentido el Yoga sería una práctica para "limpiar nuestro vínculo con el intento" y obtener así la Sabiduría Unitiva.
"Lilah" es entonces la energía cósmica puesta en movimiento, que fluyendo sin cesar va generando formas, universos, realidades. Es lo que Fritjof Capra llama la "danza cósmica", y en ese sentido toda la "realidad" en la que nos encontramos inmersos es una manifestación, un "juego" de Brahmán o Energía.
El conocimiento verdadero o jñana se adquiere entonces cuando el sadhaka o discípulo que aspira a la Verdad inmutable, trasciende a través de una experiencia íntima consigo mismo, este "juego" y se reúne con lo que jamás ha dejado de ser pero que por ignorancia o avidya había olvidado: Atmán-Brahmán; el Ser Unico; el Espíritu Universal; ...
Dice Hans-Georg Gadamer -haciéndose eco del pensamiento aristotélico-, con respecto a lo trágico que: " ... el verse sacudido por la desolación y el estremecimiento representa un doloroso desdoblamiento ... y éste es justamente el efecto de la catástrofe trágica, el que se resuelva este desdoblamiento respecto a lo que es. En este sentido la tragedia opera una liberación universal del alma oprimida. No sólo queda uno libre del hechizo que le mantenía atado a la desolación y el terror de aquel destino, sino que al mismo tiempo queda uno libre de todo lo que le separaba de lo que es". (21) (el subrayado es mío) "El "así es" es una especie de autoconocimiento del espectador que retorna iluminado del cegamiento en el que vivía como cualquier otro". (22) (el subrayado es mío)
"La abrumación trágica tiene su origen en el conocimiento de sí que se participa al espectador. Este se reencuentra a si mismo en el acontecer trágico, porque lo que le sale al encuentro es su propio mundo...". (23)
Estas ideas conllevan también un cierto tinte hegeliano en cuanto a la experiencia bajo el signo de la negación que es la inversión de la conciencia, dado por el reconocimiento de sí misma que experimenta en el/lo otro.
Concordamos con Gadamer en que la experiencia hace avanzar la comprensión por la vía de la negación sin garantías de éxito y que se realiza a través de la decepción y del dolor -y de esto es consciente todo practicante de alguna disciplina espiritual oriental u occidental-, pero discrepamos con él y concordamos con Hegel en cuanto que la consumación de la experiencia es la certeza de sí mismo en el Saber Absoluto a través de una experiencia personal, que se realiza mediante la decepción y el dolor que significa el "darse cuenta" de que no se es lo que se cree que uno es y que aún no se ha llegado a ser el que en verdad se es, "TAT TUAM ASI" dice la Vedanta. Y en esto no hay garantía alguna de éxito, pero el practicante es consciente también que el Conocimiento, la Gnosis es el objeto de nuestra vida y que sin su búsqueda la vida no tiene sentido alguno. El conocimiento es existencia; no es adquisición sino relación; no es yo vs. "lo otro" sino unidad. Como dice Swami Ritajananda: "... la conciencia individual se dirige hacia la conciencia infinita, y, como una gota de agua que cae en un lago, termina por perderse en el infinito..."
El juego como conocimiento.
Según Gadamer el verdadero sujeto del juego es el juego mismo y no la subjetividad del que desempeña el acto de jugar, es decir, el que juega. Es a través de los jugadores como el juego accede a manifestarse, y así, una vez que el jugador decide jugar, el juego se "apropia" de los jugadores, en tanto un ser "jugado", determinándose mediante reglas inherentes al juego en cuestión que en y para cada caso prefiguran un movimiento lúdico.
De esta manera, entrar en el juego implica dejar de lado las referencias cotidianas y dejarse llevar por las reglas propias del juego, y en ese sentido es que decimos que el juego se "apropia" de los jugadores. Y esto implica una cierta cuota de riesgo en tanto que se ponen en juego las identidades mismas de los jugadores.
Dice Gadamer: "...el juego sólo cumple el objetivo que le es propio cuando el jugador se abandona del todo al juego. Lo que hace que el juego sea enteramente juego no es una referencia a la seriedad que remita al protagonista más allá de él, sino únicamente la seriedad del juego mismo". (1)
" ... el primado del juego frente a la conciencia del jugador... El juego representa claramente una ordenación en la que el vaivén del movimiento lúdico aparece como por sí mismo... Es como si marchase solo... La estructura ordenada del juego permite al jugador abandonarse a él y lo libra del deber de la iniciativa, que es lo que constituye el verdadero esfuerzo de la existencia". (2)
Será fundamental para el resto del trabajo tener muy presente lo que este filósofo dice en cuanto a que: "Con toda evidencia no se puede decir que también los animales juegan y que en un sentido figurado juegan también el agua y la luz. Al contrario, habría que decir a la inversa que también el hombre juega. También su juego es un proceso natural. También el sentido del juego es un puro automanifestarse, precisamente porque es naturaleza y en cuanto que es naturaleza". (3)
" ...la entrega de sí mismo a las tareas del juego es en realidad una expansión de uno mismo. La autorrepresentación del juego hace que el jugador logre al mismo tiempo la suya propia jugando a algo, esto es, representándolo".(4)"El juego se limita realmente a representarse. Su modo de ser, pues, la autorrepresentaci6n. Ahora bien,autorrepresentación es un aspecto óntico universal de la naturaleza". (5) (el subrayado es mío)
Al comienzo habíamos indicado que en el idioma original del texto, juego se asimila también a representación. Y la representación implica un volver a presentarse, a mostrarse; lo que a su vez estaría dando cuenta de algo velado, cubierto que ha de volver a hacerse y ser visible. Dice Gadamer con respecto a la obra de arte: " ... hasta qué punto uno conoce y reconoce en ella algo, y en este algo a sí mismo". (6) "...el concepto de la representación se había derivado del de juego, en el sentido de que la verdadera esencia de éste -y por lo tanto también la obra de arte- es la autorrepresentación. El juego representado es el que habla al espectador en virtud de su representación, de manera que el espectador forma parte de él pese a toda la distancia de su estar enfrente". (7)