GURDJIEFF - ARGENTINA
 
 
 

 

Recordando a Carlos Matchelajovic

Anillos anuales de mi esencia 23/7/89

Voy a hablar de la esencia en sentido general y en sentido del Trabajo. El lunes, va a aparecer en las Tablas de la ley en la Casa del Trabajo, algo que les va a extrañar: “Anillos anuales de mi esencia”. No piensen, no piensen, dejen la mente, no-mente. Traten de sentir qué significa. ¡Qué maravillos que un árbol, todos los años, produce un anillo que es como un misterio! Cuando talamos un árbol, cortamos los anillos, la edad del árbol metafóricamente o simbólicamente hablando se puede medir según los anillos anuales de su esencia, del alma, como un maravilloso llamado, un maravilloso llamado: ¡qué extraño que mi esencia pueda crecer! ¿Qué relación tengo con ella? He leído sobre esencia y personalidad, y tal vez he visto que la personalidad imaginaria domina, en realidad mi vida y muy poco conozco de mi esencia. Es difícil, pero no imposible conectarse directamente con su esencia, pero no estoy acostumbrado, no sé el lenguaje.  Mi esencia es este que soy, no solamente lo que soy hoy, sino lo que he sido desde hace mucho tiempo (otras vidas), y que voy a seguir siendo, cuando aparezca en este mundo con otra presentación. Es inevitable, así es la cadena de las vidas. En mi esencia hay cosas heredadas que determinan mi vida, lo que he sido, en mi destino, de mis antepasados y que cada una ha dejado su huella y estos antepasados son muchos, ya les he dicho:  dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciseis tatarabuelos, etc., es como poniendo en un tablero de ajedrez una semilla, después en el segundo dos semillas, etc., entonces en el sesenta y cuatro, ya son trillones o cuatrillones. Y en unas veinte generaciones atrás, es más o menos redondeado, un millón. Todas estas son partes que no son corporales, pero se sabe que en el mundo subatómico, los neutrones (tampoco nadie puede ver un átomo) pero se ven las huellas del átomo. Estas huellas, -la ciencia tal vez pueda determinar ciertas velocidades o direcciones-, son características evidentemente de un mundo todavía desconocido. Y en forma análoga, nuestra esencia también ha recibido todo esto en el momento cuando el óvulo de mis padres se ha fecundado, y ahí está mi sello. Ese es el momento en que mi esencia ya está determinada y no es fácil conectarse y hacerla crecer. Se necesita un Trabajo interior. Antiguamente la ciencia de la astronomía, astrología real -no la charlatanería racional que se cultiva hoy- en el momento de la concepción, está el sello y es en ese momento cuando se decide todo en nuestra vida.  Decide hasta el tiempo en el útero, durante la época de la gestación y después durante toda mi vida, y ahí está la libertad del hombre que puede desarrollar su esencia o puede dejarla pudrir –es como una semilla- o secar. Eso va a determinar el próximo sello, la próxima semilla que va a crecer. Si uno es un buen jardinero o no…la mayoría no sabe de esto ni piensa que hay una semilla en uno. Uno piensa horizontalmente y naturalmente en los abuelos según el album de fotos y hasta un siglo atrás cuando comenzó la fotografía, antes había cuadros. Tenemos una semilla, y esta semilla necesita circundarse con una pulpa, como vemos en la naturaleza en las flores y frutos, y esta es la personalidad. Esta semilla cuando nace tiene una cierta conexión en el día, como dice el poeta: “cuando el sol estaba saludando a los planetas, entonces tú entraste”, a eso llamamos el sello del signo en el cual uno nace, y eso tiene que ver con mi esencia. Otras partes de la astrología tienen que ver más con otras partes en mí, pero eso tiene que ver con mi esencia. Yo puedo cambiar de continentes, pero siempre mi esencia me va a acompañar. Por eso me encuentro con los mismos tipos, con los mismos problemas, con las mismas ansiedades, en otros países con los mismos defectos, con las mismas debilidades. Esta esencia –la misma palabra lo dice- es lo que sigue siendo, lo que es, siendo. Se han dado distintos nombres, pero el nombre “esencia” es bueno, porque el nombre “alma” nos conduce a algo, porque al alma se le da en el Trabajo la idea de un alma consciente;  y esto que llamamos alma es en realidad un conglomerado, una mescolanza de emociones. Pero un alma, es algo más elevado. Por eso es la idea de que esencia es algo más cercano a nosotros. No podemos conectarnos directamente con la esencia;  si tenemos una fruta, no podemos conectarnos directamente con la pepita, con la semilla, pero podemos ver como se desarrolla la fruta. Ahora es cuestión de trabajar sobre el estado de defender la fruta, defenderla contra daños, protegerla contra las inclemencias del tiempo, que es lo que hace un buen agricultor, un buen jardinero. ¿Y cuál es en realidad nuestra situación? La pobre esencia está sufriendo todas las imposiciones de mi personalidad: la multiplicidad de yoes, esos deseos tremendos (caprichos), que me acompañan constantemente, tanto en el mundo material como en el psicológico; todo esto tiene que sufrir la esencia y tiene que pagar por su probable crecimiento. Y si no se  la puede defender , en última instancia puede perecer. Un hombre puede llegar a que la esencia se muera antes de que el muera en la vida, porque no hay equilibrio entre los dos, la personalidad dicta todo.  Y todos los yoes que tenemos, que se manifiestan normalmente no tienen contacto con la esencia, excepto cuando nos habla la conciencia moral, que tampoco nos gusta mucho, que a veces llora y se auto-compadece y después se olvida otra vez. Esto en realidad, que parece ser algo negativo, puede ser algo muy positivo para la esencia. La esencia no puede nutrirse de deseos profanos,  de mis intereses intelectuales;  se nutre de otra cosa, ya lo hemos tenido en las Tablas de la Ley: “que personalidad nutra a la esencia”. Entonces es necesario, que en esta esencia pueda formarse un núcleo, un centro, que sería lo que Gurdjieff llama el Yo Real. Nuestros yoes tienen que ver con nuestras funciones y con un enorme reservorio de asociaciones que tenemos. Por alguna situación emocional, por televisión, en el cine, por un libro, algo llama la atención y ahí van nuestras asociaciones y crean los deseos, los yoes: reacciones. Pero un Yo Real, que es ya algo único, algo más central, que tiene que ver con el corazón;  este Yo Real puede ser el núcleo, la esencia. Y si esto existe, todo puede ser diferente, porque en una embarcación que estaba prácticamente a la deriva, a la merced de las olas, de las ráfagas de viento, de pronto puede  tener un navegante que puede sostener el timón. El corazón, por cierto, tiene que venir con esta esencia. Esencia es lo que realmente soy, con mis capacidades innatas, en los centros, son mis inclinaciones o digamos “declinaciones” que ya estan en mí formadas. Ese es mi capital y mi  carga, porque algunas capacidades son adecuadas para la esencia, para el crecimiento de  la esencia. No puedo ver el crecimiento de la esencia porque el crecimiento como en los árboles y en los niños también es un proceso de la cuarta dimensión. Crecimiento en sí no es evolución en la naturaleza, sino que es involución, pero dentro de este proceso de crecimiento, pueden incorporarse cosas que son evolutivas. La esencia, no es necesariamente buena, no es necesariamente mala, porque hay también capacidades e inclinaciones e impulsos de mis antepasados y me obligan a manifestar ciertas cosas en el curso de mi vida;  y solamente cuando hay una influencia más alta, de religiones auténticas,  o influencia de una Escuela o  una influencia espiritual auténtica de una persona, un maestro, eso puede influenciar para que el hombre pueda trabajar sobre las partes de su esencia para purificarla y transformarla. Eso es en realidad, el fondo real del Trabajo. Estamos acostumbrados en el Trabajo de trabajar solamente sobre las partes más visibles: me negativizo, estoy desesperado, he reaccionado mal, hay una parte anecdótica, pero hay una parte esencial, que realmente puede purificar y hacer crecer mi esencia. Eso tiene que ver con una emoción más profunda y necesita elementos como el recuerdo. Recuerdo, es recordar, es decir regresar al corazón, a algo religioso auténtico, no la religiosidad como está de moda en la política, en las iglesias donde en cada país siempre dicen “Dios es…” Estas son deformaciones de algo tan grande llevado a un nivel muy chiquitito, a un nivel muy egoísta. Vivimos en el olvido de sí. El olvido de sí no incluye religarse, religarme a mi origen, a lo que esencialmente soy. Aquí tenemos una negligencia, la palabra “negligencia” es justamente no-ligarse: negligencia, no ligándome, entonces negligencia, no es solamente lo que entendemos en el curso diario de la palabra, sino que es algo que no se liga y muchas veces, sin ser excéptico, una religión puede ser una des-ligión. Y des-ligo de algo más todavía, de la misma manera como cuando creo que una octava es ascendente, cuando en realidad es descendente; ¡qué difícil es saber realmente qué dirección tiene una octava! Este no conectarse con la esencia por negligencia y no religarse a mi esencia, me da un desarrollo unilateral y esto está favorecido por la educación. La educación prácticamente no trabaja sobre nuestra esencia. Todo es personalidad, eficiencia, más conocimiento, más “codos”, más competencia, más poder, más mentira, porque ya se le inculca a la gente, que si no sabe mentir bien, no puede volverse político, etc. En una esencia maleable esto entra y se queda allí desde pequeño, después la pulpa que se forma, la cáscara, está lleno de esto. Y así llega a la falsa personalidad. Más falsa personalidad, menos contacto tengo con esta parte interior. Solamente cuando el hombre llega a un extremo de un peligro de vida, una crisis muy, muy fuerte, entonces se recuerda de algo, busca ayuda y comienza a preguntarse; y curiosamente, en este tiempo de los últimos siglos cuando el mundo técnico ha progresado al mundo civilizado en el reino de la cantidad, como dice Guenón: el utilitarismo, ver las cosas sub-specie utilitatis; bajo el aspecto de la utilidad. Hasta en las relaciones humanas –hay aquí mucha gente que hace buen dinero en sus oficinas, que hace conexiones y después con el tiempo, la gente se casa con utilidades. Naturalmente esto nos ha llevado a la situación en la cual estamos. En realidad, le ha costado a mi esencia: la ansiedad. Se puede ver que hay una enorme ola de filosofías, ya desde el siglo pasado, cuando entra la ansiedad en la filosofía con sus ideas del existencialismo, donde todo el tema central es en realidad: la ansiedad en el hombre, y esta ansiedad es porque no conoce su verdadero fundamento, no conoce su esencia; se basa todo sobre valores no-esenciales. Gurdjieff nos dice: REVALUAR MIS VALORES; pero ya no revalúo mis valores, porque no quiero poner en cuestión mis valores seguros:  familia, dinero, etc-, etc., … y así anda el mundo. La vida es prácticamente, por gran parte, no-esencial. Hablamos pavadas, hasta en la familia;  se llevan los problemas de la política hasta al dormitorio. Se queda siempre en la superficie; los niños participan también, entonces se forma una personalidad de superficie y la esencia no es tocada. Tal vez en momentos cuando el hombre ha perdido todo;  en una guerra, como por ejemplo en Vietnam, donde la gente huye por mar y los piratas le sacan todo, están a la deriva hasta que por suerte un buque los salva y los ponen en un campo de concentración por un tiempo hasta que se define la situación. Hay ya millones en el mundo, todavía no nos toca, todavía esto no ha llegado aquí pero existe. Esta gente ya está frente a la desnuda verdad de sobrevivir y tal vez se conecta más con su esencia, pero les falta conocimiento. Para nosotros en el Trabajo es llegar a la esencia con conocimiento, darnos cuenta y ser conscientes de cuando podemos ser esenciales. Si Uds. ven en sus vidas sus valores:  televisión esencial, comida esencial, así como por ejemplo: las conversaciones que cultivo, ¿son siempre esenciales o son de la personalidad? Admitido, necesito conversar por cantidad de comunicaciones, por indigestión de palabras,  porque es necesario, pero no todo puede ser así. Hasta el sexo tal vez, no se vuelve esencial, sino funcional por gran parte, rutina funcional. Para todos los sexólogos, -ven la propaganda en los diarios- todos los problemas de la gente es que están dis-satisfechos, quieren satisfacerse con el sexo, pero no saben ni barruntan que pueden llegar a un sexo esencial. Están tan tomados por la carcaza que no hay algo natural, que no hay digamos una posibilidad orgásmica auténtica, pero eso es un tema especial. Esos valores tienen que ser revaluados. Hemos hablado de esto, es un tema por sí mismo… ¡Revaluar todo es algo muy grande! Vemos que poco a poco estamos devaluando. Se ha devaluado tanto lo esencial, que está destruyendo el mundo, porque no se ha dado cuentra que esencial es el equilibrio ecológico, ¡qué maravilla que existe esto en la naturaleza! ¡Qué maravilla que existe en el cosmos el equilibrio armónico de todas las cosas, que se mantiene por sí mismo, el mantenimiento del mundo por la Ley del trogoautoegócrata, que es en otras palabras una enorme, gigantesca ecología cósmica! Ahora hay que agregar una nueva palabra para esto. Antes había regicidio, filicidio, uxoricidio, otros “cidios”, ahora hay ecocidios. Las relaciones humanas, esenciales. Nosotros vemos hasta el encuentro de los tipos, como Gurdjieff dice se encuentran tipos por accidente muchas veces  y así se forman parejas por tipos y no hay realmente una elección por esencia. Nosotros nos reímos hoy día del nativo, de la antigua costumbre de los hindúes, de los chinos de casar a los niños a los cinco años.

 
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