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LA ENSEÑANZA DE LOS VEDAS


El tema de hoy es «las enseñanzas de los Vedas». ¿Qué son los Vedas? La raíz verbal de la palabra sánscrita VEDA puede ser interpretada de diversas formas, pero el significado final es sólo uno. Vedas significa conocimiento. Cualquier conocimiento que aceptemos es llamado VEDA, ya que las enseñanzas de los Vedas son el conocimiento original. En el estado condicionado nuestro conocimiento está sujeto a muchas deficiencias. La diferencia que existe entre un alma condicionada y un alma liberada es que el alma condicionada tiene cuatro tipos de defectos. El primer defecto es que debe cometer errores. Por ejemplo, en nuestro país se consideraba a Mahatma Gandhi como una gran personalidad, pero él cometió muchos errores. Incluso al final de su vida su asistente le advirtió: «Mahatma Gandhi, no vayas a la reunión de Nueva Delhi. Tengo algunos amigos y me dijeron que hay peligro». Pero él no escuchó. Insistió en ir y fue muerto. Incluso grandes personalidades como Mahatma Gandhi, y tantos otros, cometen errores. Errar es humano. Este es un defecto del alma condicionada.

 

Otro defecto es estar en ilusión, Ilusión significa aceptar algo que no es: MAYA. La palabra maya significa aquello que no es. Todo el mundo está aceptando el cuerpo como si fuese uno mismo. Si les pido que me digan lo que son, ustedes dirán: «Soy Juan; soy hombre rico; soy esto, soy aquello». Todas éstas son identificaciones corporales, pero ustedes no son estos cuerpos. Esta es la ilusión.

El tercer defecto es la propensión a engañar. Todo el mundo tiene la propensión a engañar a los demás. Aunque alguna persona sea el tonto número uno, se hace pasar por muy inteligente. Aunque se le haya indicado que está en ilusión y que comete errores, él teoriza: «Pienso que esto es así, y esto es asá». Pero ni siquiera conoce su propia posición. Él escribe libros de filosofía aunque tiene defectos. Esa es su enfermedad. Eso es engañar.

Finalmente nuestros sentidos son imperfectos. Estamos muy orgullosos de nuestros ojos. A menudo alguien lanzará el desafío: «¿Podrías mostrarme a Dios?» Pero ¿tenemos los ojos para ver a Dios? Nunca podremos verlo si carecemos de ojos para ello. Si el cuarto quedara repentinamente oscuro, ni siquiera podríamos vernos las manos. Así pues, ¿qué poder tenemos para ver? Por lo tanto no podemos esperar adquirir conocimientos, es decir Veda, con estos sentidos imperfectos. Todas estas deficiencias de la vida condicionada nos impiden darle conocimiento perfecto a nadie. Nosotros mismos tampoco somos perfectos. Por eso aceptamos los VEDAS tal como son.

 

 

Puede que ustedes digan que los Vedas son algo hindú, pero esta es una palabra extranjera. Nosotros no somos hindúes, nuestra verdadera denominación es varnásrama . Esta palabra denota a los seguidores de los Vedas, a aquellos que aceptan la sociedad humana con ocho divisiones de varna y âsrama. Hay cuatro divisiones sociales y cuatro divisiones de vida espiritual. A esto se le llama vasnásrama. En el Bhagavad-gita se afirma: «Estas divisiones existen en todas partes debido a que fueron creadas por Dios». Las divisiones sociales son: brahmana, ksatriya, vaisya y sudra. La palabra brahmana se refiere a una clase de hombres muy inteligentes, quienes conocen lo que es el el Brahman. Los ksatriyas, el grupo administrador, son similarmente la siguiente clase de hombres inteligentes. Luego vienen los vaisyas, el grupo mercantil. Estas clasificaciones naturales se encuentran en todas partes. Este es el principio védico y nosotros lo aceptamos. Los principios védicos son aceptados como una verdad axiomática, ya que no pueden tener ningún error. En eso consiste la aceptación. Por ejemplo, en la India se acepta que el estiércol de vacas es puro, aunque sea el excremento de un animal. Por un lado nos encontramos con el mandamiento védico diciendo que uno debe bañarse inmediatamente si toca el excremento. Pero por otro lado se dice que el excremento de vaca es puro. Si alguien unta excremento de vaca en un lugar impuro, ese lugar se purifica. Con nuestro razonamiento ordinario podemos argüir: «Esto es contradictorio». En realidad es contradictorio desde el punto de vista ordinario, pero no es falso. Es un hecho cierto. Un doctor y científico muy prominente analizó en Calcuta el estiércol de vaca y encontró que poseía todas las propiedades antisépticas.

Si en la India una persona dice: «Debes hacer esto», tal vez se le conteste: «¿Qué dices? ¿Es acaso un mandamiento védico el que yo deba seguir sin discutir?». Los mandamientos védicos no pueden ser interpretados: Pero si en última instancia estudiamos cuidadosamente por qué existen estos mandamientos, encontraremos que están correctos.

 

Los Vedas no son recopilaciones de conocimientos humanos. El conocimiento védico proviene del mundo espiritual, proviene del Señor Krisnha. Otro nombre que reciben los vedas es sruti. La palabra sruti se refiere al conocimiento que se adquiere oyendo. Este no es un conocimiento experimental. Se considera al sruti como la madre. Nuestra madre nos da muchos conocimientos. Por ejemplo, si alguien quiere saber quién es su padre, ¿quién podrá contestarle? Su madre. Si la madre dice: «Aquí está tu padre», uno debe aceptar eso. No es posible hacer experimentos para descubrir si ése es realmente su padre. En forma similar, si alguien quiere conocer algo que esté más allá de su experiencia, más allá de su conocimiento experimental, más allá de las actividades de los sentidos, entonces debe aceptar los Vedas. No es posible experimentar, ya ha sido experimentado. Es algo ya establecido. Por ejemplo, se debe aceptar como correcta la versión de la madre. No hay ninguna otra alternativa.

 

 

Se considera que los Vedas son la madre, y el Brahma es llamado el abuelo, el antepasado, debido a que fue el primero en recibir instrucciones sobre el conocimiento védico. En el principio Brahma fue la primera criatura viviente. Él recibió este conocimiento védico y se lo impartió a Naranda y otros discípulos e hijos suyos, y ellos también lo distribuyeron a sus propios discípulos. El conocimiento védico desciende así a través de la sucesión discipular. En el Bhagavad_gitâ también se confirma que el conocimiento védico es comprendido de esta manera. Si uno se esfuerza por experimentarlo, llegará a la misma conclusión, pero debe aceptarlo para ahorrar tiempo. Si alguien desea saber quién es su padre y acepta a su madre como autoridad, entonces aceptará sin discusión todo lo que ella diga. Hay tres clases de evidencia: protyaksa, anumâna y sabda. Protyaksa significa directo. La evidencia directa no es muy buena ya que nuestros sentidos son imperfectos. Nosotros vemos el sol diariamente y nos parece a penas como un pequeño disco, pero en realidad es mucho más grande que muchos planetas. ¿De qué sirve esta visión? Por eso debemos leer libros, y así poder comprender todo lo relativo al sol. Así que, la experiencia directa no es perfecta. Luego está el conocimiento inductivo: «Tal vez sea así», la hipótesis. Por ejemplo, la teoría de Darwin dice que quizá esto sea así, quizá sea asá, pero eso no es una ciencia. Eso es tan sólo una sugerencia que además tampoco es perfecta. Lo perfecto es recibir el conocimiento que proviene de las fuentes autoritativas. Nosotros aceptamos la guía de los programas de radio que emiten las autoridades de la estación. No la rechazamos ni tenemos que verificarla, pues proviene de fuentes autoritativas.

El conocimiento védico es llamado sabda-pramana. Otro nombre que tiene es sruti, lo cual significa que este conocimiento debe recibirse únicamente por recepción auditiva. Los Vedas instruyen que debemos escuchar a la autoridad para poder comprender el conocimiento trascendental. El conocimiento trascendental se origina fuera de este universo. Dentro de este universo existe el conocimiento material, y más allá de ese universo está el conocimiento trascendental. Si ni siquiera podemos llegar al límite de este universo, entonces, ¿cómo podremos ir al mundo espiritual? Por este motivo es imposible adquirir conocimiento completo.

 

 

Hay un cielo espiritual. Existe otra naturaleza que está más allá de lo manifestado y lo no manifestado. Pero, ¿cómo podemos saber que hay un cielo donde los planetas y los habitantes son eternos? Todo ese conocimiento ya existe, pero, ¿cómo podremos hacer un experimento de comprobación? Esto no es posible. Por lo tanto debemos recibir la ayuda de los Vedas. A esto se le llama conocimiento védico. En nuestro movimiento de conciencia de Krisnha aceptamos el conocimiento que proviene de la autoridad máxima, Krisnha. Hombres de toda clase aceptan a Krisnha como la autoridad máxima. Me refiero, en primer lugar, a las dos clases de trascendentalistas. Una clase es llamaba impersonalista, mâyâvâdi. A ellos generalmente se les conoce como vedantistas, y son seguidores de Sankarâcârya. Y hay otra clase de trascendentalistas llamados vaisnavas, tales como Râmânujâcârya, Madhhvâcârya y Visnusvâmi. Tanto el Sankara-sampradâya como el vaisnava-sampradâya han aceptado a Krisnha como la Suprema Personalidad de Dios. Se considera que Sankarâcârya era un impersonalista que predicó el impersonalismo, el Brahman impersonal, pero en realidad era un personalista oculto. En su comentario sobre El Bhagavad gitâ escribió: «Narârayana, la Suprema Personalidad de Dios, está más allá de esta manifestación cósmica». Y de nuevo confirmó: «Esa Suprema personalidad de Dios, Nârâyana, es Krisnha. Él ha venido como el hijo de Debaki y Vasudeva». Él mencionó particularmente los nombres de su padre y de su madre. Así, pues, todos los trascendentalistas aceptan a Krisnha como la Suprema Personalidad de Dios. No hay ninguna duda acerca de esto. En el sendero de conciencia de Krisnha nuestra fuente de conocimiento es El Bhagavad gitâ, el cual proviene directamente de Krisnha. Hemos publicado El Bhagavad gitâ tal como es, porque aceptamos lo que Krisnha está diciendo, sin hacer ninguna interpretación. Así es el conocimiento védico. Aceptamos el conocimiento védico debido a que es puro. Aceptamos todo lo que Krisnha diga. Así es la conciencia de Krisnha, y nos ahorra mucho tiempo. Al aceptar la autoridad correcta o la fuente de conocimiento, uno ahorra mucho tiempo. Por ejemplo, en el mundo material hay dos sistemas para adquirir conocimiento: el inductivo y el deductivo. En el conocimiento deductivo se acepta que el hombre es mortal. Nuestro padre dice que el hombre es mortal, nuestra hermana dice que el hombre es mortal, todo el mundo dice que el hombre es mortal; pero uno no lo comprueba personalmente por la experiencia. Aceptamos como un hecho que el hombre es mortal. Si queremos averiguar si realmente el hombre es mortal, deberemos estudiar a todos los hombres, uno por uno, y quizá lleguemos a pensar que existe algún hombre que no está sujeto a la muerte, pero que todavía no lo hemos visto. Así que, de esta forma nuestra investigación nunca concluirá. En sánscrito a este problema se le llama âroha, el proceso ascendente. Si alguien quiere adquirir conocimiento mediante algún esfuerzo personal, por el ejercicio de los sentidos imperfectos, nunca llegará a la conclusión correcta. Esto es imposible

En El Brahma-samhita se afirma: «Tan sólo viaja en el avión que viaja a la velocidad de la mente». Nuestros aviones materiales pueden volar a tres mil doscientos kilómetros por hora, pero, ¿cuál es la velocidad de la mente? Si estamos en nuestra casa y repentinamente pensamos en la India que se encuentra a dieciséis mil kilómetros de distancia, la India estará de inmediato en nuestra casa; nuestra mente ha viajado allá. La velocidad de la mente es demasiado rápida. Por lo tanto se afirma que: «Si uno viaja a esa velocidad durante millones de años, encontrará que el cielo espiritual es limitado». Ni siquiera es posible acercarse a él. Por eso, el mandamiento védico dice que uno debe acercarse obligatoriamente a un maestro espiritual fidedigno, a un guru. Y, ¿qué aptitud tiene el maestro espiritual? Él ha escuchado correctamente el mensaje védico de parte de la fuente correcta. De no ser así, él no es fidedigno. Él debe estar establecido firmemente en el Brahman. Éstas son sus dos cualidades: Los principios védicos autorizan por completo el movimiento de conciencia de Krisnh . Krisnha dice en El Bhagavad gita: «La verdadera finalidad de la investigación védica es encontrar a Krisnha». En El Brahma samhitâ también se afirma: «Krisnha tiene innumerables formas, pero todas son una». Estas formas no son falibles como las nuestras. La forma de Él es infalible. Mi forma tiene un principio, pero su forma no lo tiene, es ananta . Y su forma tampoco tiene fin. Mi forma se encuentra aquí y no en mi departamento. Ustedes están aquí y no en su departamento. Pero Krisnha puede estar en todas partes al mismo tiempo. Él puede sentarse en Goloka Vrndâvana y al mismo tiempo estar en todas partes: Él es omnipenetrante. Él es original, el más viejo, pero siempre que miremos un cuadro de Krisnha veremos a un joven de quince o veinte años de edad. Nunca encontraremos a un anciano. Ustedes han visto en El Bhagavad gitâ cuadros de Krisnha como un auriga. En ese entonces Él tenía por lo menos cien años de edad y parecía un muchacho a pesar de tener biznietos. Krisnha, Dios, nunca envejece. Ese es su poder supremo. Uno se frustrará si quiere encontrar a Krisnha mediante el estudio de la literatura védica. Puede lograrlo, pero es muy difícil. En cambio su devoto puede enseñarnos muy fácilmente acerca de él. Su devoto nos lo puede entregar: «Aquí está Él, tómalo». Los devotos de Krisnha tienen ese poder.

Originariamente sólo había un Veda, y no había necesidad de leerlo. La gente era muy inteligente y tenía una memoria tan aguda, que podía entenderlo con sólo escucharlo una vez de labios del maestro espiritual. Ellos captaban inmediatamente todo el significado. Pero hace cinco mil años, Vyasadeva puso los Vedas en forma escrita para la gente de esta era, de Kali-yuga. Él dividió los Vedas en cuatro partes: El Rg, el Sâma, el Atharva, y el Yajur. Luego puso estos Vedas a cargo de sus diferentes discípulos. Después pensó en la clase de hombres menos inteligentes: strî, sudra y dvija-bandhu. Él tomó en cuenta a la clase femenina y a la clase sudra (la clase de los trabajadores) y a los dvija-bandhu. La palabra dvija-bandhu se refiere a los que nacen en una familia elevada pero que no están suficientemente capacitados. El hombre que nace en la familia de un brahmana, pero que no tiene las cualidades de un brahmana, se le llama un dvija-bandhu. Para estas personas él recopiló El Mahabhrata, llamada la historia de la India, y los dieciocho Puranas. Las que se enuncian a continuación, son todas Escrituras védicas: los Puranas, El Mahabharata, los cuatro Vedas, y los Upanisads.

Los Upanisads son la parte de los Vedas. Después Vyasadeva resumió todo el conocimiento védico para los eruditos y los filósofos en lo que se llama El Vedanta-sutra, que es la palabra final de los Vedas. Vyasadeva escribió personalmente El Vedanta-sutra bajo la dirección de Naranda, su guru o maestro espiritual, pero aún así no quedó satisfecho. Esta es una historia muy larga que se describe en El Srimad-Bhagavatam. Vedavyasa no se sentía muy satisfecho aun después de recopilar muchos Puranas, Upanisads e incluso El Vedanta-sutra. Su maestro espiritual Naranda entonces le instruyó: «Explica el Vedanta». El término Vedanta significa el conocimiento último, y Krisnha es el conocimiento último. Krisnha dice que a través de todos los Vedas, es a Él a quien se le debe comprender, a Krisnha. Vedanta-Krd veda-vid eva câham. Krisnha dice: «Yo soy el recopilador del Vedanta y conozco los Vedas tal como son». Por consiguiente, Krisnha es el objetivo final. Esto se explica en todos los comentarios vaisnavas sobre la filosofía vedanta. Nosotros, los gaudiya vaisnavas tenemos nuestros comentarios sobre la filosofía vedanta titulado el Govinya-bhasya, hecho por Baladeva Vidyabhusana: similarmente, Ramanujacarya y Madhvacarya han hecho sus respectivos comentarios. La versión de Sankaracarya no es el único comentario. Existen muchos comentarios sobre el El Vedanta, pero la gente tiene el concepto erróneo de que el comentario de Ssankaracarya es el único, debido a que los vaisvanas no presentaron el primer comentario. Además de eso, el mismo Vayasadeva escribió el comentario perfecto sobre El Vedanta en la forma de El Srimad-Bhagavatam, el cual también comienza con la primera palabra de El Vedanta-sutra: janmady asya yatah. Y este janmady asya yatah es explicado completamente en El Srimad-Bhagavatam. El Vedanta-sutra únicamente insinúa lo que es Brahman, la VERDAD ABSOLUTA: «La Verdad Absoluta es de quien todo emana». Este es tan sólo un resumen, pero El Srimad-Bhagavatam la explica con detalle. Si todo emana de la Verdad Absoluta, entonces ¿cuál es la naturaleza de la Verdad Absoluta? Esto se explica en El Srimad-Bhagavatam. La Verdad Absoluta debe ser conciencia. Él es autorefulgente. Nosotros desarrollamos nuestra conciencia y nuestro conocimiento recibiendo conocimiento de parte de otros, pero se dice que Él es autorefulgente. El Vedanta-sutra es el resumen total del conocimiento védico, y el autor mismo explica El Vedanta-sutra en El Srimad-Bhagavatam. Finalmente, le pedimos a aquellos que realmente buscan el conocimiento védico, que traten de comprender la explicación que El Srimad-Bhagavatam y El Bhagavad-gita dan sobre todo el conocimiento védico.

Bhaktivedanta Swamí Prabhupâda

 

 

 

 

 

 


 

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