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ENSEÑANZAS DE SHRI AUROBINDO

 

La educación psíquica y espiritual por Shri Aurobindo
Aurobindo también habla de la educación mental y psíquica, pero su interés verdadero radica
en un estadio aún más elevado, que, según él, es la educación espiritual o supramental. Esta
no implica la aniquilación del individuo, sino su enriquecimiento a través del contacto con el
Absoluto. El estadio espiritual transciende el estadio mental y el psíquico. La justificación de
la educación psíquica y espiritual reside en tres importantes consideraciones: a) la educación
ha de proporcionar al individuo una exploración constante de algo que está en lo más
recóndito de la complejidad psicológica de la conciencia humana; b) la cuestión más
importante es plantearse el propósito de la vida humana, y el propósito de la propia vida y el
papel que uno desempeña en la sociedad; y sólo se puede responder acertadamente a estos
interrogantes cuando las esferas psíquicas y espirituales han sido exploradas y cuando uno
está habilitado para desarrollar las facultades psíquicas y espirituales del conocimiento; y c),
la crisis contemporánea de la humanidad ha acaecido debido al desequilibrio entre el avance
material y el insuficiente progreso espiritual. Si, por lo tanto, se ha de responder a esta crisis,
hay que fomentar el desarrollo de la conciencia psíquica y espiritual.
Aurobindo intenta establecer una distinción entre lo psíquico y lo espiritual de la
siguiente forma: en la vida psíquica, el individuo siente una continuidad ininterrumpida en el
mundo de las formas y considera el nivel como una función inmortal en un tiempo
interminable y en un espacio ilimitado. La conciencia espiritual va más allá del tiempo y del
espacio y es una identificación con el infinito y lo eterno. Aurobindo expresa la misma idea
cuando dice que en la vida psíquica hay que descartar el egoísmo, pero que en la vida
espiritual no existe un sentido del ser separado. Insiste en que no se trata de la aniquilación
del individuo, sino de su transformación, propósito último de la educación integral. Cuando el
hombre alcanza esa educación, se produce una transformación total de la materia. Él la llama
educación supramental, ya que se produce no sólo en las conciencias de los seres individuales,
sino en la sustancia misma de la que están hechos e incluso en el medio físico en el que viven.
Sri Aurobindo y la Madre iniciaron un experimento educativo sin precedentes (Joshi,
1998c) cuando, en 1943, se establece una escuela en el retiro de Sri Aurobindo
(Sri Aurobindo Ashram) en Pondichery con apenas 20 alumnos. La escuela pronto empezó a
crecer y, en 1951, cuando el número de estudiantes había aumentado y debían organizarse
estudios de enseñanza superior, se amplió y convirtió en el Centro Universitario Internacional
Sri Aurobindo. El Centro fue concebido como uno de los mejores medios para preparar a la
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humanidad para un futuro caracterizado por la manifestación de una luz y una energía nuevas,
la luz y la energía supramentales. Fue creado para que la elite de la humanidad pudiera estar
preparada y trabajar por una unificación progresiva del género humano; al mismo tiempo,
tendría que estar preparada para encarnar la nueva fuerza que descendería a la tierra para
transformarla. El Centro llevó a cabo un programa de investigaciones experimentales bajo la
orientación directa de la Madre y se convirtió en un laboratorio de la educación del mañana
(para más detalles, véase Tewari, 1998).
La doctrina pedagógica de Sri Aurobindo está vinculada estrechamente con su visión
futurista del destino humano, reflejada en la siguiente afirmación: “Han de ser niños del
pasado, poseedores del presente, creadores del futuro. El pasado constituye nuestros
cimientos, el presente nuestra materia, el futuro nuestro fin y nuestra cumbre” (Aurobindo,
1990, pág. 12). La mente mística y visionaria de Aurobindo (1971) articuló un concepto de la
vida que era único, ya que la concibió como una oportunidad espléndida y múltiple de
descubrir, llevar a la práctica y expresar lo Divino; consiguientemente, visualizó un sistema
de educación que pudiera ayudar a la expresión de las potencialidades no realizadas, de
acuerdo con su concepto de vida. Este planteamiento exigía una visión creativa y una aventura
extraordinaria. Para él, el destino humano es una ascensión hacia la supermente, hacia la
realización del Altísimo, y su doctrina de la educación proporciona un marco convincente y
flexible para lograr ese objetivo.

 
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