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Significado Espiritual de los Mudras

 

 

El significado espiritual de los mudras encuentra su expresión perfecta en el arte hindú. Los gestos de las divinidades representadas en el arte hinduísta y buddhista y los atributos que los acompañan simbolizan sus funciones o aluden a determinados acontecimientos mitológicos. En el transcurrir de los siglos , los Budas y bodhisattvas representados iconograficamente con sus gestos simbólicos y atributos propiciaron el estado de espíritu propio de la meditación y crearon una profunda atmósfera de creencia.El significado espiritual de los mudras encuentra su expresión perfecta en el arte hindú. Los gestos de las divinida de s representadas en el arte hinduísta y buddhista y los atributos que los acompañan simbolizan sus funciones o aluden a determinados acontecimientos mitológicos.En el transcurrir de los siglos , los Budas y bodhisattvas representados iconograficamente con sus gestos simbólicos y atributos propiciaron el estado de espíritu propio de la meditación y crearon una profunda atmósfera de creencia.

La Alegría del Dharma

La clave a la diligencia es la gran paciencia, sin ningún sentido de gran preferencia o aversión acerca de lo que uno está haciendo, sin pensar en ganancia o pérdida. Si prácticas de esta manera, inevitablemente se producirá la alegría del Dharma. En primer lugar, hay alegría al escuchar el Dharma. Antes de encontrar el Dharma, tenemos muchos puntos de vistas erróneos; estamos en conflicto con nosotros mismos, experimentando lucha, conflicto y contradicción; también tenemos conflictos externos. Después de escuchar el Dharma, comprendemos la ley de causa y efecto, o karma. También comprendemos la ley de causas y condiciones, que dice que las cosas suceden según la miríada de condiciones subyacentes que existen en cualquier momento dado. Debido a este co-surgimiento condicionado, todo está cambiando, todo es impermanente, vacío y sin un ‘yo’ inherente. Al escuchar dicha enseñanza, uno debería sentir alegría.

Confucio dijo que si escuchamos una buena enseñanza por la mañana, deberíamos estar dispuestos a morir por la tarde. Escuchar el Dharma es como el estremecimiento que sientes cuando escuchas algo que te pone en plena alerta; sientes el peso de una carga pesada que has estado llevando por un largo tiempo. “Antes de esto, yo estaba muy afligido puesto que estaba mirando las cosas de una manera errónea, pero ahora miro al mundo con una actitud diferente. Finalmente puedeo deshacerme de esta carga” ¿Experimentas la alegría cuando escuchas el Dharma? Hasta cierto punto lo deberías; si no, ¿cómo podrías ser tan tonto de venir aquí un domingo para escucharme hablar? (Risas)

Además de la alegría de escuchar el Dharma, también está la alegría de practicar la meditación. Cuando cultivamos el dhyana, alcanzamos estabilidad, tranquilidad y serenidad mental y sentimos la alegría del Dharma. Este tipo de la alegría del Dharma no es ningún tipo de excitación sino una sensación más profunda de calma interior que no es afectada por el medio ambiente: “Simplemente estoy aquí disfrutando de este momento de paz y quietud” Creo que muchos de ustedes, al menos hasta cierto grado, han experimentado esta alegría del Dharma. Si no y si todavía vienen a mis retiros, entonces eso sería bastante tonto.

Cuando practicamos el Budismo, generamos menos aflicciones y evitamos los escollos del sufrimiento y de la aflicción. Pero si vamos más lejos y practicamos los Siete Factores de la Iluminación, experimentaremos la alegría del Dharma. Varios lamas tibetanos viven en exilio a nuestro templo Dharma Drum Mountain en Taiwán. Aunque hayan perdido su país, los lamas siempre están felices. Muchos practicantes laicos en el templo no comprenden esto y preguntan a los lamas: “¿Cómo es que siempre están tan felices después haber perdido su país?” Los lamas dicen: “La pérdida de nuestro país ha sido dolorosa, pero puesto que todavía tenemos el Budadharma, somos felices”. Estos lamas son felices porque siempre están con el Dharma, viviéndolo y enseñándolo. Es precisamente porque viven en concordancia con el Dharma que los monjes y las monjas son felices. Yo mismo siempre siento la alegría del Dharma. Espero que apliques los Siete Factores de Iluminación en tu propia vida y que también estés inmerso en la alegría del Dharma.

Ligereza y Tranquilidad

Después de la experiencia de la alegría, la ligereza y la serenidad (o tranquilidad), también surgirán. Esto significa estar libre de las pasiones del cuerpo y de la mente. La ligereza y la tranquilidad son una realización más profunda y sutil que la alegría del Dharma (que puede ser burda o refinada) Con la alegría del Dharma todavía hay mucho movimiento mental.

“¡Oh, esto es tan placentero!” Esto sería un tipo más burdo de la alegría del Dharma. A un nivel más refinado, hay quietud en la alegría del Dharma y uno siente ligereza corporal pero aún le falta la flexibilidad mental de la ligereza y de la tranquilidad. Con la flexibilidad mental, el cuerpo y la mente están unificados y uno ya no está preocupado; uno ya no se preocupa por el cuerpo y sus sensaciones, sin importar si se siente ligero o pesado, incluso sin importar si éste está allí; y uno no está consciente de tener aflicción mental alguna.

Al practicar, algunas personas están conscientes de que ya no sienten sensaciones, pero luego, se sienten excitados sobre esto: “Mi cuerpo ha desaparecido; ya no lo siento. Esto es increíble” Esto significa que uno está experimentando la ligereza corporal, pero dado que la mente aún toma nota de ello, alguna tosquedad todavía hay.

En la verdadera flexibilidad mental, aunque el cuerpo se sienta ingrávido, uno no tiene pensamiento de si el cuerpo o la mente están allí. Cuando la verdadera flexibilidad mental tiene lugar, todo es muy fácil, suave y cómodo. Uno está sentado allí y el viento sopla pero no tiene noción de que él y el viento están separados. Los sonidos del ambiente, mi charla, todos son lo mismo. Todo es muy armonioso (el cuerpo, la mente y el universo son uno)

Pero por favor, no malinterpreten la flexibilidad mental con el estar extremadamente relajado y no tener aflicciones. Esta es una buena etapa en donde los pensamientos y las sensaciones más burdas están ausentes, pero es sólo cuando uno ha unificado la mente, el cuerpo y el medio ambiente que uno ha alcanzado la ligereza y la tranquilidad. En ese momento, uno está dispuesto a practicar el sexto factor de iluminación: concentración o samadhi.

Concentración

El sexto factor de la iluminación es la concentración o samadhi. En la práctica budista hay nueve niveles de samadhi (los primeros ocho constituyen el samadhi mundano, mientras el noveno es llamado samadhi no-mundano)

El primer nivel de Samadhi es la etapa de la ligereza y tranquilidad. Esto es también equivalente al primer nivel de dhyana. Uno avanza a través de las etapas hasta el cuarto nivel de dhyana, y más allá hasta que uno llega al nivel más profundo del samadhi mundano: el octavo. El samadhi no-mundano (la novena etapa de samadhi) en el Chan es referido como “iluminación repentina” Es llamado así porque en el momento de la realización, nuestro punto de vista del mundo se transforma repentinamente de uno que es invertido y gobernado por el sufrimiento y la aflicción, a uno que nos libera de nuestra esclavitud a la aflicción y el sufrimiento.

Los Sutras definen al samadhi como el estado donde la mente está concentrada en un solo punto y está completamente presente en esa situación. Podría sonar difícil el comenzar con el primer factor de la atención y trabajar diligentemente todo el camino hacia el sexto. En realidad, todo lo que se necesita es cambiar nuestra actitud, y es posible experimentar la ligereza y la tranquilidad en un instante. Y si la experiencia es profunda, tu mente debería volverse muy estable y muy pacífica. Eso sería el samadhi.

Por otro lado, si mientras escuchas esta conferencia tu mente está completamente en el momento presente, concentrada en escuchar el Dharma, sin pensamientos de lo bueno o lo malo, lo correcto y lo erróneo, libre de pensamientos vagabundos, eso también sería samadhi.

Dije anteriormente que hay dos maneras de experimentar el samadhi: Una proviene de cambiar nuestra propia actitud, donde un cambio repentino de nuestro pensamiento nos permite experimentar el samadhi. La otra manera proviene de la cultivación paso a paso a través de los cuatro dhyanas y los ocho niveles de samadhi. La segunda manera de samadhi es la más profunda.

Para expresarlo en términos mundanos, la primera puede compararse con el ser golpeado hasta quedar inconscientes, y luego despertar sin saber lo que sucedió. La segunda es como quedarse dormido profundamente sin soñar, y despertar unas horas después incluso sin darte cuenta de haber estado dormido.

Podrías preguntarte: “¿Por qué debería trabajar tan duro cultivando el samadhi? Podría recibir un golpe en la cabeza o sólo ir a dormir” La diferencia es que después de recuperar la consciencia o despertar del sueño, uno no experimentará la ligereza y la tranquilidad.

Probablemente serías tan propenso a la irritación como antes, y probablemente podrías estar sujeto a las mismas seducciones y distracciones. Tu carácter probablemente podría ser el mismo. Pero al contrario, después del samadhi profundo, uno sentirá gran paz mental y alegría y después, posiblemente, uno responderá menos que antes ante el estímulo negativo.

Ecuanimidad

El séptimo factor de iluminación es la ecuanimidad, con el sánscrito upeksha, que significa literalmente “no-notar”

Vimos que el quinto factor (ligereza y tranquilidad) era una sensación muy agradable y confortable (el cuerpo está relajado, sin tensión y la mente está pacificada, sin ninguna aflicción) Pero siempre está la tentación de estar apegado a esta sensación, de desear mantenerla para siempre porque es tan feliz. Si uno hace esto, es como una piedra dentro de un estanque de agua sin hacer nada útil. Por lo tanto, uno necesita practicar la ecuanimidad, “sin notar nada”.

Como dijimos, es muy alegre el experimentar el samadhi profundo. El cuarto factor de la alegría y el placer, el quinto factor de la ligereza y la tranquilidad, y el sexto factor del Samadhi son las experiencias felices que surgen de la práctica. Este es el por qué son llamados la alegría del Dharma. Pero el apegarse a dichas experiencias no es la práctica budista adecuada. Practicamos el Budismo para aliviar el sufrimiento, pero también es igual de importante el estar libre de los apegos a la alegría. La práctica correcta es el estar liberado del sufrimiento así como de la alegría y el placer.

Dejar ir a la alegría no significa que no demos la bienvenida a la felicidad sino que no la ansiemos; y cuando la experimentemos no tengamos apego a ella. A través de esta experiencia, sabremos que no hay una sola experiencia que sea permanente, que todas las cosas son transitorias y por lo tanto impermanentes y vacías. Dejar ir es cultivar la sabiduría de la vacuidad, y una condición fundamental para liberación.

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También conocido como Cabala de  las manos, los mudras son un sistema de posiciones logradas con las manos, muy utilizado para restituir el adecuado flujo de la energía vital, o prana, por todo el organismo.

Un mudra es un gesto sagrado que se realiza con las manos. Refiere a la posición que se realiza con los dedos de las manos, para abrir o cerrar circuitos de energía, según se  requiera en una Oración y/o determinada  meditación. 

Los mudras poseen una función especial: hacer ofrendas o crear una conexión del Discipulo  con el Eterno que es invocado por la repetición de las plegarias.

Esto es posible debido a la gran concentración de terminaciones nerviosas que se encuentran en las manos, solo comparada con la encontrada en los pies, y que al unir y posicionar los dedos de determinada forma se crean circuitos energéticos Cabalisticos,  que posibilitan la estimulación del elemento desequilibrado para fomentar su recuperación.

Para lograr esto debe comprenderse el valor y función que cada dedo posee para la realización de los mudras, representando cada uno de ellos a uno de los elementos, y por lo tanto, controlando distintas partes y funciones del cuerpo, que determinarán qué dedos utilizar y de qué forma, durante la práctica de un mudra para obtener beneficios sobre una afección en particular. y Oraciones de peticiones. Los mudras se practican con una presión ligera de los dedos hasta sentir un flujo de energía por el cuerpo, mientas que las manos están relajadas.

Significados de los dedos para los Mudras

Pulgar: Se representa con el elemento Fuego, asignándole funciones sobre el pulmón, la lógica y la fuerza de voluntad.

Índice: Simboliza al Aire y controla el estómago, el pensamiento y la mente.

El Mayor: (dedo del Corazón) Se le asocia con el elemento Éter, y se le asignan funciones sobre la circulación sanguínea y la vesícula.

Anular : Representado al elemento Tierra, el dedo anular controla el hígado, la vitalidad y la buena salud general.

Meñique: En este caso se trata del elemento Agua, y se encuentra vinculado directamente con el corazón, la sexualidad, la comunicación y el relacionamiento.

Algunos mudras básicos

Anjali Mudra (Oración)

Con las manos juntas a nivel del chakra del corazón, presionar ligeramente los dedos, mantenga las palmas de las manos con una pequeña cavidad.

Es un excelente ejercicio para inducir a la meditación, reduce el estrés y la ansiedad, proporcionando armonía y calma.

Bhudi-Mudra (Equilibrio del Líquido)

Con ambas manos unir las puntas del meñique y el pulgar presionando suavemente, los demás dedos permanecerán relajados.

Ayuda a la comunicación, también recupera el equilibrio de los líquidos, mejora el funcionamiento de los riñones y la vejiga aumentamos el sentido del gusto.

Gyan Mudra – Pasivo (Conciencia y Conocimiento)

Con las dos manos, las puntas de los pulgares tocan las puntas de los índices.

Este mudra actuá a nivel anímico y espiritual, ayudando a la receptividad y a la calma, mejorando los estados de tensión.

Gyan Mudra – Activo (Conciencia y Conocimiento)

Con las dos manos, las puntas de los índices tocan la primera falange del pulgar ejerciendo una presión sobre la uña del índice.

Estas dos primeras posturas son las más conocidas en el yoga y actúan a nivel anímico y corporal, simbolizando armonía de la conciencia.

Ganesh Mudra (Decisión y Firmeza)

Con las manos en el pecho, la palma izquierda con hacia fuera y la palma derecha está girada hacia el cuerpo, inspirar y tirar de las manos en sentido opuesto durante unos segundos varias veces. Luego cambiar la posición de las manos.

Favorece la musculación de la zona torácica, estimula la actividad del corazón y refuerza la confianza.

Dhyani Mudra (Meditación) [ No está en la fotografía ]

Las manos descansan en el regazo, la derecha encima de la izquierda formando un cuenco.

Concentrándose exclusivamente en la respiración, elimina el estrés y la presión mental, también ayuda a eliminar los pensamientos cotidianos y encontrar la paz.

Kalesvara Mudra

Calma el torrente de pensamientos, calma los sentimientos agitados. Calma los períodos de tiempo entre los pensamientos.

Llegamos a ser más claros, hacemos nuevas observaciones acerca de nosotros mismos, podemos buscar y encontrar soluciones.

Este mudra también se puede utilizar para ayudar a los rasgos de cambio de carácter, la memoria y la concentración, o eliminar el comportamiento adictivo.

DhrmChakra Equilibrar nuestras energías interiores con nuestro entorno físico y espiritual

Desarrollar nuestro potencial espiritual. Conectarnos al mundo espiritual, permitiéndonos recibir ayuda de otros seres del universo.

Ayudarnos a escuchar la voz de la divinidad. Descubrir nuestra misión en esta vida. Desvelar nuestras vidas pasadas.

Garuda Mudra

Este mudra activa la irradiación y la circulación sanguínea, revitaliza los órganos y equilibra las energías de las dos mitades del cuerpo.

Ya sea en la zona de la pelvis o en la del pecho, vitaliza y estimula.

Relaja y suaviza los dolores y trastornos de la menstruación, las molestias en el estomago y las dificultades respiratorias.

Si padece hipertensión vaya con cuidado. Es de gran ayuda también en estados de agotamiento y fluctuaciones del estado anímico.

Hakini Mudra

Esta posición de los dedos ha sido profundamente estudiada por los científicos, y se ha comprobado que estimula el trabajo conjunto de los dos hemisferios del cerebro, el derecho y el izquierdo.

En la actualidad se recomienda también en cursos de entrenamiento de la memoria y de management.

Abre el acceso al hemisferio derecho del cerebro donde se encuentra almacenada también la memoria. Su práctica mejora la respiración, profundizándola, y beneficiando así al cerebro.

Este Mudra regenera la energía de los pulmones, y desplazando los dedos de manera que el índice derecho se apoye en el pulgar izquierdo, el dedo medio derecho en el índice izquierdo, etc., se activa la energía del intestino grueso.

Podrá estimular su concentración y acumular nuevas fuerzas mentales ligando su mirada y sus pensamientos durante un espacio prolongado de tiempo a un objeto o a una actividad reparadora.

 

Mudra Dhyana

 

Mudra Bhumi Sparsha

 

Mudra Abhaya

 

Mudra Varada

 

Mudra Vitarka

 

 

Mudra Dharma Chakra

 

 

Mudra Budha Shamana

 

 

Mudra Butha Damaba

 

 

 

Mudra Namaskara