PRESENCIA AQUI Y AHORA
Es difícil alcanzar
la Presencia.
La Presencia es una realización eseral si es llevada a cabo
realmente, no solo como un pensamiento mental.
Hay que darse cuenta que es necesario dar el paso de la representación
mental de la Presencia a la realización de la Presencia con
el máximo de mis funciones disponibles: para ésto necesito
mi cuerpo.
Tenemos una energía que podríamos llamar "bioeléctrica",
que está en el cuerpo y que puede ayudarnos a inervar algo.
Esta inervación es una clase de Invocación.
Esto lo hago muy poco, porque soy muy pasivo frente a mí mismo
y espero normalmente que las cosas me sucedan, y a pesar que conozco
el famoso dicho: "todo me sucede", no hago nada. En unos
pocos momentos de Trabajo, o en una gran crisis, o enfermedad, en
momentos dramáticos de mi vida, algo se despierta en mí,
entonces hago algo.
Esa Presencia es una parte de la tríada del tiempo: pasado,
presente, futuro. En esos tres, en realidad, no hay oposición
entre futuro y pasado, ni nosotros lo vemos como oposición.
Miramos hacia atrás o miramos hacia adelante; nos movemos hacia
atrás o nos movemos hacia adelante, pero en la Presencia todo
está superado como opuesto.
Si tomamos el tiempo como un círculo, en éste caso,
lo que en una parte del círculo es pasado, ya dentro de poco
será futuro, y el futuro otra vez dando vuelta por el círculo,
ya será pasado. Entonces son complementarios, pero no opuestos.
Las Tres Fuerzas que tenemos como ley, también las podemos
aplicar al tiempo.
El pasado está siempre conectado con lo enredado, envuelto,
pesado, con lo conservador, con lo regresivo, el "tamas"
de los hindúes. Ese pasado ES constantemente, esa es mi posibilidad.
Si el pasado no ES, entonces no puedo cambiarlo. Todavía puedo
trabajar sobre éste pasado, a pesar que está cristalizado
y está devenido. Ahí está mi historia personal,
en el pasado. Entonces en el momento que entro al presente realmente,
puedo trabajar en el presente sobre el pasado. Esa es la idea del
Trabajo: trabajar en el presente sobre el pasado, sobre mi historia
personal, deshacer causas, deshacer cosas indeseables, cosas falsamente
cristalizadas, cosas prematuramente petrificadas... Esto puedo hacer
solamente cuando estoy presente frente a mi pasado. Estoy en el presente
y estoy presente. Si no, no tengo poder sobre ésto.
En el momento que estoy presente, tengo sobre mi pasado un poder redimidor,
un poder que puede des-cristalizar, un poder que puede deshacer causas.
Mi historia personal también se proyecta al futuro, por eso
mi futuro es como el pasado.
En el futuro tenemos normalmente la fuerza activa, al futuro me lanzo
con entusiasmo, con identificación, con esperanza, con ímpetu,
con muchas cosas.
Pero no es real tampoco: lo real es el Presente. En el presente escapo
por un momento al tiempo; en el momento que estoy antes del momento
que para mí es el futuro, tengo posibilidad de entrar en la
línea vertical que muestra Ouspensky, en sus deducciones sobre
el tiempo y la eternidad. Es decir, la línea es vertical.
La línea del tiempo para mí se mueve en una forma lineal,
uno después del otro. No veo el mundo esféricamente,
como por ejemplo una onda sonora que en realidad se expande como una
esfera, lo veo siempre linealmente, y así veo también
mi vida.
Entonces cuando estoy en el presente y realmente estoy con mi cuerpo,
el cuerpo en este momento no me tiene, sino que es un instrumento
vibrante para mí, que puede ayudarme a oscilar con otra - podríamos
decir -energía eléctrica. Y mi mente está en
este momento, libre de la ley del flujo de las asociaciones, y ésto
es muy importante porque mis asociaciones me arrastran constantemente
hacia el pasado y hacia el futuro. Este flujo nunca para, sigue hasta
en la noche, a pesar de que en el sueño, ya no existe la noción
del tiempo, entonces una cosa que se extiende en un sueño,
sobre años, lo puedo soñar en un momento, estoy desaclopado
de mis funciones.
Entonces estamos en la línea vertical. A esta línea
vertical, Ouspensky la llama el ETERNO AHORA. Este eterno ahora puede
cruzar la línea del tiempo en cualquier momento, entonces yo
puedo estar presente en cualquier momento. No es una cosa estática.
Y mi emoción puede sentir en este momento algo de esta eternidad:
estoy vivo y siento gratitud y siento alegría de vivir. En
este momento que estoy vivo, mi emoción no está cargada
necesariamente de la historia personal, el pasado, ni la expectativa
del futuro, no espera nada en este momento, sino ES.
Es en realidad un estado de meditación relámpago, porque
el estado que lentamente se produce en la meditación es análogo,
pero ahí es generado lentamente, mientras que aquí es
generado espontáneamente, porque uno de los elementos de la
presencia es que debe ser espontánea: ¡Ya! ¡Aquí!
¡Ahora! Son las mejores palabras. El viejo "hic et nunc"
de los alquimistas.
Entonces esta espontaneidad la tengo yo. El animal tiene la alertidad
y vive sin tiempo, pero yo puedo evocar todo o invocar. Hay una potencialidad
en mi Presencia, que puede ser parcial o puede ser total.. Lo ideal
sería que estoy presente trascendiendo todas mis funciones
para realmente realizarme o morar por un momento o varios momentos,
en el Eterno Ahora.
Hay algo que falta mucho, que es el ser permeable. La impermeabilidad
con la que estoy psíquicamente con mi historia personal, mis
bloqueos, bloqueos sexuales, represiones, y todo eso, me hace muy
impermeable, muy opaco, estoy constantemente con mi ego en defensiva,
mirando a todo el mundo a ver si quedo bien, defiendo mi personalidad,
o me retiro en mí mismo ensimismado, es decir, no hay una permeabilidad
que permita una participación, entonces tampoco ésto
es para la Presencia. Para la Presencia, hay que salir de la impermeabilidad,
hacerse más permeable, más osmótico, menos viscoso...
Ese es el esfuerzo de cada uno. Los momentos intermitentes de la Presencia,
pueden llevarme más hacia el Recuerdo de Sí y hacia
la Conciencia de Mí.
Carlos Matchelajovic