GURDJIEFF - ARGENTINA
 
 

LOGROS Y OBSTÁCULOS
de Isha Schwaller de Lubicz-Discípula de Gurdjieff

El primero de los logros esenciales para un hombre es "Sentido de Presencia"
Hoy, la mayoría de los hombres ignoran todo acerca de sus cuerpos exceptúando sus necesidades y enfermedades.
El así llamado "intelecto", ocupado en los quehaceres diarios, asume el derecho de decidir sobre todas las acciones, así como sobre asuntos
físicos, emocionales y espirituales; jamás se pregunta si este derecho es justo o simplemente arbitrario, o si excede sus posibilidades. La
cabeza, arremolinada en sus pensamientos, no es capaz de decidir ningún otro informe que no provenga de la salud, vanidad o sensualidad. Y es
así como considera al Ser más alto del hombre, un intruso excluyendolo de todo contacto vital.

¿Cuáles que son las consecuencias de esta situación? Cuando la atención se fija en cualquier parte del cuerpo, esa que esa parte actúa como
un imán para la energía. Mas la atención intelectual concentra toda esta sensación en sólo una parte del cerebro, dejando al resto del cuerpo
desprovisto de atención: los otros centros vitales sin la energía mental necesaria para qué los vivifique. Permanecen fláccidos e incapaces de
atraer su propia cuota de energía sutil.
Sin embargo, es esta energía sutil, de todas nuestras partes, la que revitaliza. Sólo ella es capaz de proporcionar la vitalidad necesaria para
nuestras percepciones más elevadas.


Los obstáculos que demoran nuestra realización son de dos tipos: en la humanidad, como una totalidad existen las disposiciones que impiden la
honesta prosecución de una búsqueda, como también existen las resistencias inherentes en el carácter del individuo, que comúnmente llamamos
sus defectos.
Entre los defectos, algunos pueden ser eliminados por atención y perseverancia; es decir, aquellos que se deben a mala educación o herencia
inmediata-decimos "inmediata" porque los efectos de herencia remota son diferentes-: puede ser que una persona sea la reencarnación de su
ancestro lejano. Otros efectos son los efectos negativos de las influencias astrológicas que cada uno recibe a su nacimiento.

Estas huellas astrológicas en conjunto con las tendencias innatas del hombre, constituyen la naturaleza profunda, o los ritmos del individuo; no
pueden ser eliminados, pero es posible reorientarlos hacia el mejor aspecto de la cualidad o tendencia de la cual surgen.
Esto querrá decir que es objeto y modo de acción deben ser alterados. Por ejemplo, la cólera y agresividad de Marte puede ser transformadas en
valor y alegría en el "sacrificio" es. La sensualidad de Venus puede importante para dirigir impresiones sensoriales hacia el cultivo de un sentido
artístico impersonal; el amor por los placeres sensuales, disminuirá gradualmente en tanto que la sabiduría del fuego vivificante se intensifique.
La inestabilidad mercuriana y su inquieta actividad, así como su deleite en la astucia per se, puede ser transformada en una comprensión de
motivos, o en la destreza para los métodos, técnicas y movimientos apropiados de una artesanía.

Cuando su sentido de responsabilidad es despertado, el orgullo y la vanidad del tipo Júpiter serán transformados en generosidad.
El pesimismo egoísta del saturniano puede conducir a una meditación en silencio, y al estudio de causas más profundas, definiendo así una
fuente de sabiduría

En vez de indolencia e impasibilidad, la fria persona Lunar puede aprender aquí esa pasividad deliberada que cuando se combina con la neutralidad
emocional, abre la puerta a la intuición.
La naturaleza ambiciosa y dominante del hombre Solar puede ser transformada en la expansividad del Amor impersonal, que sólo desarrolla su
poder de atracción para irradiarlo mejor sin egoísmo.

Las excusas son el primer obstáculo para deshacerse de todos estos obstáculos; las excusas perpetuas inventadas por la Personalidad para justificar
sus debilidades.
En tanto que continuemos dándonos excusas, ninguna transformación es posible. Ninguna luz brillará a través del velo de las ilusiones que estos
prejuicios siempre están tejiendo a nuestro alrededor.
No puede existir ninguna posibilidad de discernimiento si nos cegamos con excusas continuas. El requisito previo para el despertar de nuestra conciencia
superior es un verdadero conocimiento de nuestras propias tendencias. ¿Y cómo podremos alcanzar esto si distorsionamos nuestras motivaciones
poniéndonos excusas?

El propio conocimiento requiere que una luz cruda y sin piedad sea arrojada por igual sobre todos los aspectos de nuestra conducta. Las excusas
son cobardes e incompatibles con la nobleza de un propósito.
Porque el trascender lo humano significa ir más allá de las limitaciones del hombre animal, y las excusas son solamente las defensas de nuestra
naturaleza inferior, de nuestro autómata.
El Testigo Espiritual no ve ninguna una iniciación en reconocer defectos, pues estas debilidades son obstáculos para su control.

Uno debe, por lo tanto, optar en definitiva entre ceder a la autómata, excusando sus vicios o abrir sin timidez todos los aspectos del propio ser, a
fin de que el Testigo Espiritual pueda regenerar el Todo

La lucha por el control entre el Ego y el Ser Superior, es como caminar por la cuerda floja, y es en verdad una paradoja perpetua. Porque uno debe
aprender a cerrar su propio circuito y sin embargo no limitarse a sí mismo: uno debe ser capaz de aislarse en el ojo de la tormenta, y sin embargo
perderse en lo ilimitable.
Uno debe, de hecho, cometer el supremo egoísmo de buscar su propia realización perfecta, y hacerlo con el objetivo supremamente altruista de
aprender a darse por entero.

En el Tao dice: "Sólo puede salvar a otros aquél que ha alcanzado su propia salvación; pero salvándose a sí mismo salva al mundo".
Chuang Tsé dice: "Sólo lo que está en orden puede ordenar lo que fue ordenado".
Pero como la meta es el triunfo del lo Impersonal, el obstáculo principal es la ansiedad por su ser Personal.
La Personalidad defiende ferozmente su existencia y sus prerrogativas.
Es una arpía, un dragón y cómo Fafnir , a ser resiste e impera. Se abalanza con todo su peso terrenal sobre la llama vital que le fue confiada al
nacer, y la sofoca, por miedo a que el fuego, de expandirse, tomaría el control.

Su reino es el de la contingencia, cuyas múltiples responsabilidades todo ser humano está obligado a aceptar. Sería un error tratar de aplicar a
estos valores prácticos la misma actitud que se necesita hacia los valores de la realidad. Por el contrario, deberían ser seriamente considerados
como problemas racionales que pueden ser resueltos de una manera mecánica, sin que el corazón se involucre.
En este campo no debemos identificarnos con el objeto de nuestra preocupación, porque entonces la arpía confundiría todos nuestros valores,
nublaría nuestro juicio y arrancaría de nosotros decisiones conforme con sus intereses meramente personales.

Sea que los problemas se refieran a cosas materiales o convencionalismos de la vida social, los debemos considerar separadamente de nosotros
y dejar que el cerebro responda a ellos reduciendolos a sus términos básicos, en tanto que nosotros permanecemos a salvo dentro de la armadura
dile indiferencia.
Esta es una oportunidad para practicar la concentración del pensamiento; el discernimiento capaz de discriminar entre los requerimientos de una
situación dada y los vaivenes de la personalidad.

Obviamente, la idea de nuestro objetivo final debería hacer siempre nuestro sentido común, pero a nuestros centros emocionales no se les debería
permitir influenciar las decisiones de nuestra razón. Asimismo las tres actividades inferiores-Física, Emocional, Mental-deberán ser capaces de
funcionar, independientemente la una de la otra. La interferencia entre esas,-llegando a veces incluso hasta la inversión de funciones, de lo cual
  normalmente no somos conscientes-produce un caos de pensamientos y sentimientos cuya interpretación está destinada a la equivocación.

La confusión de estos impulsos con impulsos espirituales es aún más desastrosa, porque crea no sólo falsas ideas acerca del origen de tales
impulsos, sino muchos desórdenes físicos y psíquicos.
Ningún camino válido hacia la conciencia superior debería alcanzar o mantener un estado de desequilibrio, físico, nervioso o mental. Pero esto
implica por supuesto, que uno no se ha desviado en ningún punto.

El mal uso de la "identificación" sería una desviación. Uno debería tratar de identificarse con todo lo que proporciona Luz y Sabiduría, pero
identificarse con las vicisitudes de la vida diaria sería un error, éstas deberían ser tratadas como obligaciones externas, a las cuales el corazón
permanece insensible e impersonal.
Esto es la mejor forma de desarrollar un verdadero sentido de valores, una claridad de pensamiento y un control del emoción.
La introspección física, es decir preocupación por la salud, que es el otro aspecto de la preocupación de sí mismo. Da a una autoridad tiránica
al cuerpo, que toma ventaja de esto para atraer la atención sobre sí, creando un sinnúmero de manifestaciones patológicas de a autoimportancia.

La ansiedad por esta vida mortal no priva del poder de trascenderla y de pensar sobre la vida inmortal. Como dice el Evangelio: "Aquel que salve
su vida, la perderá".
El estudio de la máquina humana, y cómo está debería mantenerse en equilibrio, es la primera etapa del conocimiento de sí y conlleva su propia
recompensa. Pero no debemos permitir a la arpía del egoísmo apropiarse de esta ventaja para sus propios fines.
El cuerpo es la casa hecha de arcilla y agua, pero puede devenir un imán para él Espíritu.¡Uno nunca adivinaría cuan impetuosamente el Espíritu
se apresura a entrar en un cuerpo que está abierto para recibirlo!

Todo le viene a quien tiene el valor de perderse así mismo a fin de encontrar el Universo.
El Abismo no se lo traga; es él quien se expande.
Isha Shwaller de Lubicz
 
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